miércoles, 19 de marzo de 2014

Lugano, nuevamente

Lugano, nuevamente

publicado por Pablo Pschepiurca ASN/nOISE
 
LUGANO, NUEVAMENTE 




Buscar un único culpable en una tragedia colectiva es un contrasentido, pero diluir las responsabilidades homogéneamente es hacer invisible el problema. En el caso de Lugano hay dos verdades concurrentes:1. La toma indiscriminada de tierras vacantes no es una solución racional al problema habitacional. 2. La Ley de remediación del suelo y urbanización del predio y de la Villa 20 no ha sido cumplimentada por ningún gobierno porteño desde su promulgación en 2005. 

Tres años atrás, mientras la sociedad miraba las desoladoras imágenes del Parque Indoamericano decíamos: “Vivían comprimidos y presionados en un polvorín. Calle por medio con el baldío al que aún llamamos Parque. Solo era cuestión de cruzar la calle. La cruzaron. Esta era una tragedia anunciada. Y evitable”. Como se sabe los episodios de 2010 terminaron con violencia, pérdida de vidas y promesas que hoy son palabras gastadas: la Ley1770 no se ha cumplido y los compromisos entonces adquiridos tampoco.
Como si el tiempo se hubiera detenido, los mediosvuelven a estigmatizar a los habitantes y el gobierno porteño a expresar su voluntad de urbanizar, saneary censar como si fuera ajeno al incumplimiento de laley, Miles de habitantes de la villa, que creció exponencialmente en los últimos 10 años, son vecinos sin respuestas, inquilinos sin capacidad de pago o gente hacinada, linderos todos al baldíodestinado a alojar conjuntos de viviendas subsidiados por el Estado.
Hoy las imágenes se reiteran. ésta vez sin necesidad siquiera de cruzar una calle: solo dando un paso. Y delimitando parcelas de 20m2, Y levantando casillas.

La presión de los habitantes sobre el baldío resultauna elemental cuestión de densidad, previsible, evitable, diagnosticada y denunciada. Es una ley de física básica que relaciona la fuerza con la superficie sobre la cual la misma actúa y que puede medirse como cantidad de personas hacinadas sobre hectáreas de tierra desocupada.

Aunque inscripto en un marco de ausencia depolíticas públicas o de políticas laxas y permisivas a nivel Nacional, Provincial y Municipal respecto de qué hacer con el crecimiento exponencial de las villas, que alguna vez fueron lugar de paso y hoy sondestino final, este episodio adquiere relevancia por lacondición histórica del área, por los cien años de promesas al Sur, por los sucesos de 2010, por laexistencia de una legislación vigente no aplicada.

Las condiciones estructurales que se presentan como escenario del conflicto actual en Lugano no difieren de las que desataron la toma del Indoamericano, No es que falten leyes macro olegislación específica para las 16 villas de emergencia de la ciudad, lo que falta es cumplimiento de la normativa. En tal sentido la reciente aprobación del Plan para la Comuna 8 noresulta auspiciosa ya que todo programa estaría sujeto, tal como se ha señalado, a que el financiamiento resulte sustentable, lo que en la práctica vuelve a des responsabilizar al Estado del aporte de los recursos necesarios, lo cual es suobligación: así como la presión inmobiliaria en cualquier ciudad debe ser regulada por el Estado, laregulación sobre las tierras públicas debe ser ejercida por el Estado que debe generar políticas activas para resolver la situación de los ciudadanos sin tierra ni vivienda.

En Lugano, sometido a la oscilación entre buenas intenciones e inacción de los actores políticos, seconsolidó una población no poseedora de suelo urbano, de vivienda propia ni de equipamientos básicos. Allí, generando presión sobre el espacio vacío, viven decenas de miles de habitantes mientras a su alrededor se amontonan inorgánicamente tierras vacantes de historia tan penosa como las del Indoamericano.

En tal contexto no hay intervención puntual posible: toda acción debe alejarse de la inútil metáfora y considerar al área en su conjunto desarrollandooperaciones que permitan resolver problemas de habitación y consolidar la trama barrial existente, re-zonificar áreas para nuevas viviendas en las tierras hoy ocupadas, multiplicar las experiencias de bordes equilibrados, ofrecer una salida laboral genuina,construir finalmente el Parque del Sur, redefinir las trazas viales, vincular al área con el Riachuelo y más allá, penetrando en el conurbano.

Censo, remediación, urbanización. Las mismas palabras con las que se negoció el fin de la toma de 2010 y con las que obliga la Ley de 2005. Una condena de una década al hacinamiento y la vida en condiciones indignas. Se debe a la falta de tierras?No. A la falta de recursos? No. A la falta de técnicos y propuestas? No, A la falta de interlocutores? No. A la falta de interés político en resolver el problema? Todo parece indicar que sí.

Es probable que entre los ocupantes haya algunos aprovechadores, incitadores o inescrupulosos pero eso no va en desmedro de una verdad indiscutible: el Estado sigue ausente. Con estupor y tristeza pero confirmando nuestras expectativas respecto de la inacción política reiteramos: “El Planeamiento,herramienta política, puede mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. También puede producir tragedias.”

Pablo Pschepiurca
Arquitecto

 

© Carlos Brigo. Toma de Tierras: Lugano y lluvia. 4 de Marzo.

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